“Epilografías” da título a una serie que recoge imágenes captadas a lo largo de los últimos quince años en diversos cementerios europeos. La muestra, concebida por el fotógrafo en formato digital, combina la aplicación de la fotometría con el fotomontaje, herramienta que le brinda mayor libertad en el diseño de las composiciones. De este modo, y aunque en la escenografía persiste la certeza ineludible del fenecimiento como testimonio inequívoco de un “epílogo” universal, el autor reinterpreta esa realidad y desvela al espectador la existencia de un mundo onírico habitado por seres esculpidos en piedra que “cobran vida” a través del objetivo.

¿Porqué surge «Epilografías»?

A lo largo de estos años la serie se ha convertido en un gran banco de imágenes, en él se retratan multitud de obras anónimas, otras de artistas que nunca alcanzaron el reconocimiento que quizá merecían y otras de artistas consagrados como Benlliure, Monteverde, Querol, Llimona, Dalou o Clarasó.

En cualquier caso, creaciones condenadas al ostracismo por su exilio forzoso en la ciudad de los muertos. Rescatar estas obras del olvido es el proyecto que legitima al fotógrafo en su complejo afán experimental y lo guía al encuentro de personajes a los que resucitar en su universo de fábula.