La tumba de Óscar

Un poco de historia…

Óscar_WildeOscar Wilde (1854-1900) poeta y dramaturgo irlandés de finales del siglo XIX, fue considerado como uno de los escritores más destacados del Londres decimonónico. Conocido por su ingenio mordaz, su vestimenta extravagante y su brillante conversación, Wilde se convirtió en una de las mayores personalidades de su tiempo.

Retrato_WildeEl éxito de Wilde se basó en el ingenio punzante que derrochaba en sus obras, dedicadas casi siempre a fustigar las hipocresías de sus contemporáneos.

Fue en el punto más álgido de su carrera, mientras su obra maestra La importancia de llamarse Ernesto se representaba en los escenarios, cuando esa misma hipocresía se revolvería contra el escritor hasta acabar con él años después.

Un amor prohibido

Cuando en 1891 el escritor conoció a lord Alfred Douglas, Wilde llevaba siete años casado con Constance Lloyd y había tenido dos hijos. Constace era hija del Consejero de la Reina Victoria y su dote proporcionó al matrimonio la ventaja de poseer una economía holgada. Se trataba de un matrinonio de conveniencia. Wilde, como tantos otros, se veía obligado a simular una vida satisfactoriamente «normal» para poder lograr sus verdaderas expectativas sexuales.

Óscar&Alfred

Izda. Óscar Wilde y el joven Alfred Douglas. Dcha: retrato de Alfred

Bosie (como a Óscar le gustaba llamarlo) era un aristócrata de apenas veintiún años, muy atractivo y refinado cuya belleza sedujo de inmediato a Wilde. El joven, aspirante a escritor, admiraba profundamente la inteligencia y la maestría de su mentor, cualidades que él nunca llegaría a poseer.

tarjeta_Queensberry

«Para Óscar que presume de sodomita». Nota del Marqués de Queensberry

La pareja disfrutó durante cuatro años de una «afectuosa amistad» hasta que el padre de Bosie, el Marqués de Queensberry, descubrió la relación homosexual de su hijo. El marqués insultó públicamente a Wilde con una nota que dejó en el club que ambos frecuentaban. La nota decía: «Para Oscar Wilde, que presume de sodomita».

El principio del fin

Alfred en la madurez

Alfred en la madurez

Óscar denunció al marqués por calumnias e injurias, animado -dicen algunos- por «el bueno» de Bosie que no dudó en echar más leña al fuego. El marqués, a su vez, denunció a Wilde por homosexualidad, algo que entonces era considerado como un delito contra las personas (la ley contra la homosexualidad en Gran Bretaña no fue derogada hasta 1967). Los detectives que el marqués contrató no tuvieron grandes dificultades para obtener las pruebas suficientes para encarcelarlo y en 1895 Wilde fue condenado a dos años de prisión y trabajos forzados.

Tras su salida de la cárcel en 1897, Wilde retomó la relación con Douglas a pesar de la desaprobación de los familiares y amigos de ambos. Juntos, se trasladaron a Nápoles y allí vivieron algunos meses hasta que la amenaza de sus respectivas familias de no suministrarles más dinero terminó por separarlos.

Placa_Hotel_D'Alsace

Placa en honor a Óscar Wilde situada en la fachada del Holel D’Alsace. Wilde falleció en la habitación número 16.

Finalmente, desengañado de la sociedad inglesa, Wilde se marchó a París, donde vivió precariamente con el nombre falso de Sebastián Melmoth hasta su muerte por meningitis el 30 de noviembre de 1900. Óscar murió solo y despojado de todos sus bienes, como profetizara en su exquisito relato «El príncipe feliz».

Robbie-Ross

Robert Ross

Amigos hasta la muerte

Gracias al periodista Robert Baldwin Ross, amigo de Wilde desde la juventud, se pudo recuperar la obra del escritor. Ross luchó por localizar y comprar los derechos de todos los textos y en 1908 presentó la edición definitiva de las obras de Wilde.

Tras la intervención de Ross para salvaguardar la obra del autor y debido a los celos exacerbados que había mantenido siempre de su estrecha amistad, Alfred Douglas apareció de nuevo persiguiendo obsesivamente a Ross con el empeño de arrastrarlo hasta los tribunales e intentando que lo arrestaran por su homosexualidad, como hiciera años atrás su padre el marqués con su propio amante.

La lealtad incondicional de Ross traspasó incluso su propia muerte y hoy en día sus restos descansan junto a los de su amigo Wilde en la tumba de Père Lachaise.

¿Quién no querría besar a Óscar?

A pesar de que se había establecido una cuantiosa multa para quien dañara la sepultura de Óscar Wilde en el Cementerio Père Lachaise, el nombre del escritor apenas se adivinaba bajo los cientos de marcas de carmín que turistas de todo el mundo se habían afanado en regalarle.

epilografías

Óscar

Tumba de Wilde antes de su restauración.

Lo cierto es que resulta irónico pensar cómo la última morada del escritor se ha convertido en lugar de peregrinación de miles de admiradores y objeto de fetiche, precisamente, del sexo opuesto ya que debido a su homosexualidad fue perseguido y castigado, lo que provocó que muriera prácticamente en la indigencia a la edad de 46 años.

Tumba de Wilde en Bagneux

Tumba de Wilde en Bagneux

Wilde no siempre estuvo en Père Lachaise…

Wilde generó numerosos escándalos en vida que también le acompañaron tras su muerte. En un principio, fue trasladado al modesto Cementerio de Bagneux, al sur de París, un cementerio extramuros de segunda clase donde se le ofició un entierro que sufragaron los amigos del escritor. Nueve años después y gracias al periodista Robert Ross su amigo, albacea literario y primer amante confeso, los restos de Óscar son trasladados al cementerio Père Lachaise.

Epstein_ en su estudio_1912La tumba del escándalo

Ross fue quien encargó al escultor Jacob Epstein la sepultura de Wilde, incluso le pidió que diseñara un pequeño compartimento en la tumba para albergar sus propias cenizas, deseo que se vio culminado en 1950, coincidiendo con el 50 aniversario de la muerte de Wilde.

El monumento de Jacob Epstein ha provocado desde entonces admiración y rechazo en la misma medida. Incluso hoy en día, la efigie erigida sobre el bloque de veinte toneladas de piedra tallada en una variación del Art Decó nos sorprende. Se trata de una escultura inspirada en los toros alados asirios del Museo Británico. Epstein, alumno de Rodin, la describe como un “ángel demonio volador”.

Bocetos de la escultura

Bocetos de la escultura

El rostro es una máscara hierática donde se adivinan los rasgos mofletudos del difunto. El resto del cuerpo parece proyectado hacia adelante por impulso de las dos enormes alas que nacen de sus hombros.

Epstein_pareidolia

Epstein y su escultura, hoy «encarcelada». Véase la pareidolia que forma el reflejo del árbol sobre el cristal. ¿A quién os recuerda?

El escándalo llegó cuando, desobedeciendo los cánones moralistas de la época, Epstein a su ángel de atributos masculinos, tallándolos directamente sobre la piedra. Acusándolo de obscenidad, el  director de la Escuela de Bellas Artes de París exige al escultor que cubra «la inmoralidad» de la escultura pero él se muestra firme y se niega rotundamente.

Finalmente y con la oposición de Epstein, se decidió colocar una plancha de bronce simulando una  hoja de parra hasta que algún tiempo después un grupo de artistas y poetas simpatizantes de Wilde termina arrancando el improvisado taparrabos.

Tumba cubierta por una lona antes entre 1909 y 1914.

Tumba cubierta por una lona antes entre 1909 y 1914.

Habrá que esperar hasta 1914 para poder ver la obra en toda su «plenitud» ya que hasta entonces permanecerá escoltada por la policía y cubierta por una lona.

Pero el fin de la censura no sería del agrado de todos ya que varios años después, en 1961, sublevadas ante tanta impudicia, unas señoritas de una liga de virtud mutilaron el viril apéndice.

En la actualidad el cristal que rodea la tumba de Wilde (y Ross) aparece de nuevo labrado con los carmines de quienes no se han visto desalentados por el cambio.

Izda. Inmediatamente después de su restauración. Dcha. Un año después.

Izda. Inmediatamente después de su restauración. Dcha. Un año después.